Tenemos una particularidad con LaConeja, siempre que nos juntamos a hablar, la charla deriva, inexorablemente, en sexo.
En esta oportunidad discutíamos la mejor manera de tocarnos y de que nos toquen.
Ella decía que prefiere que le apoyen la palma de la mano bien fuerte -me aclara encendida- sobre el clítoris y que esta comience con un pequeño vaivén. Una vez que siente inflamado su clítoris, caliente y toda su concha untada con su jugo, le gusta que apenas le introduzcan la yema del dedo índice en su gran orificio. Es de argolla grande LaConeja.
-Mmm ¿Te parece? ¿Probaste con la técnica Palma-Dedo?
-¡Cómo te gusta rotular Guevara!, me dice LaConeja
-Es genial; probala. La PD (Palma-Dedo) es ideal cuando estás falta de poronga. Mirá, es así; presta atención porque después serás vos la encargada de instruir al varón en cuestión. Pensalo Coneja, si lo educás bien vas a evitar que esté cinco minutos metiéndote el dedo, presumiendo que estás desbordada de placer por las puteadas que decís, pero que sabemos que no hacen más que esconder que los hombres consideran a sus dedos una extensión desu pene.
La Palma-Dedo sería algo así: Colocás el borde de la palma de la mano en la parte superior de concha. Para ser más gráfica, la opuesta al orificio anal. Abrís un poquito los labios y dejás caer la totalidad de la mano. Una vez que los dedos rozan la abertura de la concha, entonces ahí te metés dos dedos: el anular y el denominado corazón, más conocido como el de fuck you. Por otra parte, el meñique y el pulgar serán los custodios de los labios inferiores. ¿Te imaginás como sería?
Esta pose masturbatoria que adopta la mano la denominé: “Los cuernos de concha”.
Una vez que encontraste la posición, entonces sí podrás ir en busca de tu eyaculación dándole como loca al punto G. Pero como te decía, Coneja, con esta técnica alcanzarás la “Gran Acabada”* porque además, podés sumarle la excitación clitorial con la palma de la mano. Si querés, antes de irme, te muestro como sería.
-Muy ingeniosa Guevara. Hoy te dedico uno.
-Eso sí, acordate Coneja el lema del grupete: “Siempre es mejor experimentar con nuestro cuerpo o con el de otras, y después educarlos”. De todas maneras, lo que realmente me intriga es saber qué piensan los hombres cuando tienen los dedos en la argolla.
Dicen los que saben, que los dedos son la fuente principal de información táctil sobre el contexto, que en este caso sería la concha, sin embargo los dedos de varios tipos parecen callos y son analfabetos sensoriales.
El otro día debatíamos esto con LaCaro y LaFlaca y acordamos, increíblemente, en que se produce una desconexión táctil entre los dedos del hombre con los diferentes tipos de vagina, puesto que la información la traducen en forma incorrecta y sus dedos creen estar invadiendo tierra inexplorada.
Pero bueh, qué se le va a hacer Coneja, nosostras creemos que todavía se puede; que existen, pero que son menudas las posibilidades de encontrar un buen “Tocador Vaginal” –podría ser el nombre de un cuadro de Dalí-.
Ellos saben que a todas no nos gusta lo mismo, pero prefieren hacerse los boludos. Son evasores del sentido común. Si la fórmula vaginal es la más lógica de todas: Cambian las mujeres, cambian las conchas.
*Orgasmo vaginal y clotoriano